Chapter 7/Capítulo 7

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Note that his chapter has some strong language. If that bothers you or you are a kid, exit now please.

Tenga en cuenta que este capítulo tiene un lenguaje fuerte. Si eso te molesta o eres un niño, sal ahora por favor.

7.

On April 22^nd, and I remember this day because it’s been repeated a million times to me by police investigators since, I took my typical walk through the park. Ok, ok, I admit it hadn’t always been my typical walk, but now that Colin always had a coffee waiting for me on a bench while he whistled and pretended not to see me and I would pick it up and say “Good day, good officer” in an overly dramatic way, and he would say “Good day, good madame. Lovely morning for a stroll.” And then we would walk a few minutes together pretending to have never met but catching each other up on the events of the day before, no matter how banal. We would keep up the charade until we would reach the other end of the park at which point he would tip his hat to me and I would give him a curtsy, pretending to hold up an invisible long skirt.

Anyway, you get it, that happened per usual. But this particular day would be different in so many ways.  

On this morning, I walked a few blocks more to Layla’s apartment just to check on her. A man that I had never seen before opened the door. He had a perfectly groomed mustache but Layla’s almond, cat-like eyes.

After a moment of him staring at me in annoyance and me staring back because I completely forgot how to talk to strangers, Layla pushed past him and grabbed my hand to pull me inside.

“Baba, this is Marta. A friend. You know, a nice person who we should invite into the house.”

I just gave a sheepish smile as he grunted in my general direction.

“It isn’t right that you live here all by yourself for anyone to come by. What if she had been a man? No, none of this is right,” he gristled.

“But she is not a man. See?” Layla poked me in the boob.

“Oww! I’m not a man, it’s true.”

“You and Tahir should be married by now. All of this shameful.”

“Maybe I should go…” I tried to slink closer to the door.

“Tahir and I don’t want to be married just yet. We are still getting to know each other. When and if we get married will be our choice, not yours,” Layla was starting to lose her cool. I was trying my best to blend into the wall.

“When Tahir told me that you seemed off and that maybe having family nearby would help, I thought maybe you were just homesick. But you have clearly been corrupted. I do not even know who my daughter is.”

“He never should have asked you to come,” Layla spat.

“You are my only daughter. Of course I should come. Tahir just wants the best for you. I want the best for you.”

I’m not one to meddle in family business and neither of them seemed to even remember that I was there, so I snuck out the door quietly. I could still hear their voices as I stood in front of her apartment and typed: “Text me later.”

That afternoon, Tahir showed up at our door. I could clearly see the look of shock on Felip’s face when he opened the door and before him stood a disheveled, bloody-faced Tahir “Man, what the hell happened to you?”

Tahir pushed past Felip. “That bitch Layla is pregnant,” he fumed.

“Woah now, calm down man. That’s no way to talk about Layla. Wait, she’s pregnant?”

Tahir responded by punching at the brick fireplace which never did a single thing to him, might I add.

“Well congratulations! That’s great news, Dad!” Felip tried to lighten the mood by patting him on the back.

“I am NOT the father,” Tahir growled a voice that can only best be described as steady, angry, thunder.

Felip backed up a few steps and turned a little pale. “How do you know you’re not? Who is?”

“I don’t know which bastard has been fucking her, but I have not.”

Felip ran his hands through his hair, “Wow, that’s a lot to take in. Wait, why are you all bloody?”

“Her dad found the ultrasound in Layla’s apartment and assumed the baby is mine and that I’ve dishonored her daughter. But no, it’s she who’s dishonored me.

“Let’s just go for a walk and talk this through,” Felip glanced back at me with a concerned face indicating that he would be back later.

I motioned for him to go. I honestly needed to process things too. Layla clearly didn’t tell me everything.  

 

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7.

El 22 de abril, y recuerdo este día porque me lo han repetido un millón de veces los investigadores de la policía desde entonces, di mi paseo típico por el parque. Bueno, bueno, admito que no siempre había sido mi paseo típico, pero ahora que Colin siempre tenía un café esperándome en un banco mientras silbaba y fingía no verme, y yo lo recogía diciendo “Buenos días, buen oficial” de manera exageradamente dramática, y él respondía “Buenos días, buena señora. Hermosa mañana para un paseo”. Luego caminábamos unos minutos juntos fingiendo no conocernos pero poniéndonos al día sobre los eventos del día anterior, sin importar cuán banales fueran. Seguíamos con la farsa hasta que llegábamos al otro extremo del parque, momento en el que él se quitaba el sombrero para saludarme y yo le hacía una reverencia, fingiendo sostener una falda larga invisible.

En fin, ya entienden, eso sucedió como de costumbre. Pero ese día en particular sería diferente en muchos sentidos.

Esa mañana caminé unas cuadras más hasta el apartamento de Layla solo para ver cómo estaba. Un hombre que nunca había visto antes abrió la puerta. Tenía un bigote perfectamente arreglado, pero los ojos almendrados y felinos de Layla.

Después de un momento en el que él me miraba con molestia y yo lo miraba de vuelta porque olvidé completamente cómo hablar con extraños, Layla se abrió paso a empujones y me agarró la mano para meterme dentro.

“Baba, ella es Marta. Una amiga. Ya sabes, una persona agradable a quien deberíamos invitar a la casa.”

Yo solo esbocé una sonrisa tímida mientras él gruñía en mi dirección general.

“No está bien que vivas aquí sola para que cualquiera pueda venir. ¿Qué pasaría si hubiera sido un hombre? No, nada de esto está bien,” refunfuñó.

“Pero no es un hombre. ¿Ves?” Layla me dio un toque en el pecho.

“¡Oww! Es cierto, no soy un hombre”.

“Tú y Tahir ya deberían estar casados. Todo esto es vergonzoso”.

“Tal vez debería irme…” intenté acercarme a la puerta.

“Tahir y yo no queremos casarnos todavía. Todavía nos estamos conociendo. Si nos casamos o no será nuestra decisión, no la tuya,” Layla comenzaba a perder la calma. Yo hacía mi mejor esfuerzo por camuflarme con la pared.

“Cuando Tahir me dijo que parecías rara y que tal vez tener a la familia cerca ayudaría, pensé que tal vez solo estabas nostálgica. Pero claramente has sido corrompida. Ni siquiera sé quién es mi hija”.

“Nunca debió haberte pedido que vinieras,” escupió Layla.

“Eres mi única hija. Por supuesto que debería venir. Tahir solo quiere lo mejor para ti. Yo quiero lo mejor para ti”.

No soy de las que se meten en asuntos familiares, y ninguno de los dos parecía recordar siquiera que yo estaba allí, así que me escabullí silenciosamente por la puerta. Todavía podía escuchar sus voces mientras estaba frente a su apartamento escribiendo: “Escríbeme más tarde”.

Esa tarde, Tahir apareció en nuestra puerta. Pude ver claramente la expresión de asombro en la cara de Felip cuando abrió la puerta y, frente a él, estaba Tahir desaliñado y con la cara ensangrentada. “Hombre, ¿qué demonios te pasó?”

Tahir pasó junto a Felip. “Esa perra Layla está embarazada,” bufó.

“Eh, cálmate, hombre. Esa no es manera de hablar de Layla. Espera, ¿está embarazada?”

Tahir respondió golpeando la chimenea de ladrillo, que, debo añadir, nunca le hizo nada.

“¡Pues felicidades! ¡Eso son buenas noticias, papá!” Felip intentó aliviar el ambiente dándole una palmada en la espalda.

“NO soy el padre,” gruñó Tahir con una voz que solo se puede describir como un trueno firme y enojado.

Felip retrocedió unos pasos y se puso un poco pálido. “¿Cómo sabes que no eres tú? ¿Quién es?”
“No sé qué bastardo ha estado follándola, pero yo no.”

Felip se pasó las manos por el pelo. “Vaya, eso es mucho que asimilar. Espera, ¿por qué estás todo ensangrentado?”

“El padre de ella encontró el ultrasonido en el apartamento de Layla y asumió que el bebé es mío y que he deshonrado a su hija. Pero no, es ella quien me ha deshonrado a mí”.

“Vamos a caminar y hablar de esto,” Felip me miró con una expresión de preocupación indicando que volvería más tarde.

Le hice un gesto para que se fuera. Honestamente, yo también necesitaba procesar las cosas. Layla claramente no me contó todo. 

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Consider this copywrited and whatnot. Una vez más, son las 3 de la mañana y estoy cansada, por lo que ChatGPT me ayudó con la traducción.