Ideas

 ¿Alguna vez has pensado en lo poderosas que son las ideas?

Son fundamentales.

Son deliciosas.

Así que, advertencia: sigue leyendo bajo tu propio riesgo.


Este post está escrito más bien para hombres, para ser sincera, porque creo que las mujeres ya entienden el poder de las ideas. Si no me crees, solo hace falta ver la cantidad de cuentas en Bookstagram dedicadas con orgullo al “smut”.


Y creo que la mejor forma de demostrarlo… es con una pequeña demostración.


Imagina conmigo (aunque no cierres los ojos, tienes que leer) a la mujer que más deseas frente a ti. No necesariamente la más hermosa del mundo, sino esa que llena tus pensamientos. Piensa en ella.


Imagínala mirándote.

Te desea tanto como tú a ella… quizá más.

La punta de su lengua humedece sus labios justo antes de morderse un poco el labio inferior. Te anticipa.


Da un paso hacia ti y te toca suavemente la muñeca.

Desliza sus dedos sobre los tuyos, recorriendo su contorno mientras sus labios se enrojecen un poco al imaginar que tú la tocas.


Se acerca aún más. Puedes oler su perfume, mezclado con ese aroma que es solo suyo, y te embriaga.

De pronto, te das cuenta de que no puedes pensar con claridad.

Todo en ti quiere consumirla.


Presiona su cuerpo contra el tuyo, y puedes sentir cada curva que has soñado con tocar.

Te desea.

A todo tú.

Y quiere que tengas todo de ella.


Inclina la cabeza y empieza a besarte el cuello, suavemente al principio, y luego, con pequeños toques de su lengua, empieza a saborearte.

Quiere más.

Sus labios recorren tu clavícula, y va bajando.


Y aquí lo dejo… porque no sé en qué momento tendría que añadir una advertencia de contenido.

Pero si quieres, puedes seguir imaginando.


Apuesto a que tu corazón late un poco más rápido, ¿verdad?

Tal vez sientes una urgencia repentina, un deseo casi desesperado.

Eso que sientes ahora, ese anhelo de ser deseado, te lo acabo de regalar.

De mi mente a la tuya.


La mente es poderosa.

Llega a través del tiempo, a través del espacio.

Y me imagino que ahora mismo te cuesta un poco concentrarte—y está bien.

El mundo puede esperar un momento.


Nunca dudes del poder de las ideas.

Hasta la próxima.


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