levemente escandaloso

Moon List Prompt: ¿Cuándo hiciste algo levemente escandaloso a plena luz del día?

Lo que una persona considera “levemente escandaloso” puede ser muy distinto para otra. Así que en lugar de entrar en detalles sobre lo que es o no es escandaloso, compartiré una historia de mi adolescencia que, en su momento, se sintió atrevida. Ahora la recuerdo más como algo bonito y tierno.

Cuando tenía 14 años, fui con mi familia a Disney World y nos hospedamos en Coronado Springs, uno de los hoteles del complejo. Ese hotel tenía (o al menos tenía entonces) una piscina con un tobogán de agua muy divertido. Cuando no estábamos en los parques, pasaba cada segundo posible en esa piscina.

La última tarde de nuestras vacaciones, yo estaba tratando de lanzarme por el tobogán tantas veces como fuera humanamente posible. Había un chico de mi edad con la misma idea. Así que, al estar uno junto al otro en la fila varias veces, empezamos a hablar y terminamos pasando la tarde juntos, riendo y divirtiéndonos.

Por las noches en Disney suelen haber espectáculos de fuegos artificiales. Así que este chico me preguntó si podíamos dar un paseo y ver el show juntos. A mí me tenía encantada, así que por supuesto le dije dónde encontrarme y planeamos nuestra pequeña “cita”.

(Pequeña nota: sí le dije a mis padres a dónde iba. No salimos del hotel en ningún momento. Mis padres no fueron negligentes).

Esa noche caminamos por ahí, vimos los fuegos artificiales y nos besamos por un buen rato. Fue mi primer beso, de hecho, y tengo que decir que el contexto fue muy memorable.

Como era mi último día de vacaciones y él vivía en Hawái, sabíamos que no nos volveríamos a ver. Pero igual me pidió mi número y me dijo que me llamaría cuando regresara a casa. Se lo di, aunque no pensé que lo haría. Sorprendentemente, unos días después de volver a casa, sí me llamó y hablamos un buen rato.

Bueno, de eso ya han pasado más de 20 años, así que creo que el plazo para guardar el secreto ha expirado. Como dije, no fue realmente escandaloso, pero para mi versión de 14 años, besar a un chico que acababa de conocer y que nunca volvería a ver se sintió como vivir al límite, como una mujer cosmopolita. Y encima hacerlo en Disney World.