Aspen
He tenido una tos horrible desde, creo, mayo. O soy alérgica a esta ciudad (suelo pasarme medio año tosiendo), o estoy rodeada de moho. Vaya uno a saber.
De todas formas, hoy fue un día particularmente ventoso, y la verdad, precioso. De esos días en los que miras los árboles balancearse y piensas: “sí, para esto es la vida.” Hasta que recuerdas que eres esclava del capitalismo. (Estoy exagerando, mi trabajo no es una tortura.)
Pero como estaba tan ventoso y tengo esta tos mencionada que no logro quitarme, agarré mi sudadera favorita antes de ir al parque esta tarde para mi clase de baile/ejercicio. Me di cuenta al ponérmela que tiene casi 20 años. Y sigue siendo mi favorita hasta hoy.
Es una hoodie verde bosque, ya un poco desteñida, con parches azul marino al frente que dicen “ASPEN” y una pequeña hoja color granate. La compré cuando visité a mis primos en Colorado a los 16 años, y aunque no podría señalar una razón exacta, esta sudadera se siente más mía que cualquier otra prenda que tengo. No me imagino deshacerme de ella, aunque no tenga nada particularmente especial.
Bueno, me ha acompañado en muchas etapas. Y me ha mantenido abrigada en muchas noches frías. Pero hay cosas que simplemente se vuelven parte de nosotros, por raras que sean. Y creo que esta sudadera es una de ellas.
Hmmm. No sé muy bien por qué pasa eso a veces. Perdón si viniste aquí buscando respuestas. Algunas cosas simplemente son especiales. ¿Qué más puedo decir?
Hasta la próxima.
Comments
Post a Comment